miércoles, 4 de mayo de 2011

CUENTO TRÍADA QUISQUEYANA, APORTE A LA CULTURA DEL P.J.S.

INTRODUCCIÓN DEL LIBRO DE CUENTOS LINDEROS DE ESPERANZA. AUTOR JOSÉ MANUEL RAMOS

La nación quisqueyana puede servir de inspiración para escribir inmensas epopeyas. Nuestro pueblo es glorioso, muchas veces, en busca de la libertad se entrega en brazos de la muerte, antes que vivir enjaulado prefiere emular al ave quetzal.
Nuestra colectividad es de una estirpe titánica y alegre. Sobreponiéndose a todos los valladares, el Gran Cacique Enriquillo venció a la mayor potencia del siglo XVI, en cuyos dominios no perecía el sol; el Magno General Máximo Gómez libertó una hermana nación. Contamos con un escritor, cuyos cuentos han sido leídos en los cinco continentes. Una bella barahonera, que sedujo la meca del cine y se convirtió en la reina del tecnicolor. Teníamos un barítono ante cuyo canto el Continente Europeo cayó rendido a sus pies por el embrujo de su voz; poseemos un cantante y músico popular, que por su afinación perfecta es aplaudido en el mundo; producimos esencia de merengue, ritmo musical desbordante de alegría, allanador del camino a la gloria y mitigador de las penas de Orfeo. Podemos exhibir dos preseas de oro en juegos olímpicos; y un atleta de casta titánica, que nadando une el planeta. Hemos forjado un mediador internacional de refulgente inteligencia. Somos acreedores de la prenda de un precandidato presidencial, que representa la mayor reserva moral republicana, si deseas saber sobre este formidable delfín, favor leer en este libro ‘Trilogía Quisqueyana’.
República Dominicana, con inmensa multiplicidad de potencialidades, a mucho esfuerzo y sacrificio trasciende en el concierto de pueblos civilizados, como un conglomerado hospitalario y solidario, que siente en su alma colectiva, las tragedias de la comunidad internacional y comparte sus modestos recursos, reafirmando sus valores cristianos con estas acciones. Nuestras gentes triétnicas trascienden la calamidad y el dolor social para convertirlos en poesía. He ahí, la grandeza quisqueyana, un pueblo que canta a la dignidad humana.
Sin ponderar la inteligencia natural y la constante disposición de los dominicanos a vencer cualquier contrariedad, algunos sectores en eminencia social, han creído que es más fácil gobernar a hombres y mujeres con sus mentes diezmadas por el desconocimiento, que ciudadanos forjados en la lectura crítica y constructiva; pues el que no lee, no se cultiva y jamás emerge del inmenso océano de la ignorancia destructora del ser. Por tanto, los individuos incultos son más fáciles de embaucar por su gran credulidad, al tener disminuida la capacidad de análisis y el entendimiento de sus derechos, en consecuencia, no pueden exigirlos. Por consiguiente, si las autoridades favorecen a la comunidad con alguna conquista, esta obligación la consideran como un favor, una dispensa o gracia divina, cuando en realidad es el cumplimiento de una simple prerrogativa. Esta es la base social del caudillismo o sistema político donde los líderes adquieren características autoritarias, mesiánicas y de indispensabilidad.
Nuestra tradición de cultivadores literarios es inmensa y centenaria. Pero, por lo antes planteado, nunca ha existido una política de Estado en República Dominicana, tendente a establecer la lectura como un sacramento social; porque eleva el alma y ninguna cadena puede aprisionar la mente, únicamente la ignorancia. Mucho menos, una política cultural, destinada a proyectar internacionalmente nuestros mejores escritores.
Por ejemplo, nunca el Estado Dominicano auspició efectivamente la obra intelectual del inmenso humanista de América, Don Pedro Henríquez Ureña, cuyo código genético es la literatura; su vida constituye la máxima consagración latinoamericana del culto a las bellas letras, durante la primera mitad del siglo XX. Nunca tuvo fuertes contradicciones políticas con la dictadura de Chapita; aunque el maestro amaba y respetaba la libertad en todas sus vertientes, como condición inherente a la dignidad humana.
Ni hablar del apoyo estatal a la obra literaria del Profesor Juan Bosch, quien durante más de sesenta años, mantuvo antagonismo con los sectores políticos gobernantes. Este ilustre dominicano es considerado por Gabriel García Márquez, como el gran maestro de la narrativa latinoamericana del siglo XX. Por falta de una debida promoción, nunca obtuvo el Premio Nóbel de Literatura; no obstante, a sus méritos extraordinarios como escritor de fama mundial
Por otra parte, Manuel del Cabral, gran admirador de la belleza y la libertad, tampoco su obra literaria fue patrocinada por el Estado, escritor estimado por la crítica internacional especializada, como integrante exquisito del parnaso hispánico del siglo XX. Uno de los máximos exponentes de las poesías metafísica y negroide a nivel mundial. Creador de una brillante versificación, cimentada sobre la originalidad y la innovación tropológica o del lenguaje figurado. Para comprobar lo sustentado aquí, basta analizar su libro ‘Los Huéspedes Secretos’.
Lamentablemente, los Premios Nóbel se entregan en vida; y casi, todos los mejores escritores dominicanos descansan en el parnaso, recitándoles versos a las musas.
Los quisqueyanos debemos formularnos como colectividad, la siguiente pregunta: ¿qué hacer para obtener un Premio Nóbel de Literatura?
Resulta evidente que los conglomerados humanos deben imponerse metas en todos los órdenes, como norte que los guíe por senderos evolutivos del pensamiento. Los gobernantes están obligados a encender la antorcha social, que ilumine la mente de cada ciudadano para ir por el camino correcto y alcanzar los objetivos colectivos.
República Dominicana para obtener un Premio Nóbel de Literatura, debe asumir la decisión estatal para promover sus talentos que actualmente están en mejor posicionamiento. Principalmente, traducir e imprimir sus obras al inglés, francés y sueco; posteriormente, según lo permita la situación financiera, socializarlas en otros idiomas. En ese tenor, abrir portales electrónicos en la mayor cantidad de lenguas donde puedan ser leídos y analizados estos escritores.
Cada agregado cultural de una embajada dominicana, debe llevar cientos de ejemplares de los libros de autores patrocinados por el Estado. Tendrán que realizar tertulias, conferencias, seminarios literarios; así como participar en las ferias de aquellos países donde están acreditados y promocionar nuestros escritores.
Por ejemplo, hace casi doce meses, que un cura coterráneo, obtuvo en Roma el Premio Mundial de Poesía Mística, galardón auspiciado por el Vaticano. El Estado Dominicano tiene la obligación moral de traducir e imprimir este libro en los idiomas antes señalados, publicitando el hecho en las revistas y páginas literarias convencionales y electrónicas de Europa y América.
En Quisqueya existe una cantera inagotable de materia prima desde la cual se extraen sutiles versos y encantadoras novelas. Un escritor famoso como Marcio Veloz Maggiolo, durante más de cincuenta años nos brinda sus personajes con olor a la realidad social latinoamericana y en ellos se palpa la vida. Sus aportes al acervo literario, las traducciones a varios idiomas y el análisis de la crítica internacional especializada, lo convierten en la actualidad en uno de nuestros mejores prospectos. Es imperativo para el Ministerio de Cultura en República Dominicana, ponderar la trascendencia y consistencia de las obras de dos o tres autores quisqueyanos; y con los mismos, desarrollar una estrategia de difusión literaria y asumir con entereza el deber de promoverlos diligentemente por todas las vías y medios posibles. Sin lugar a dudas, Veloz Maggiolo estará en ese selecto listado.
La falta de visión y voluntad política de algunos; y el egocentrismo de otros, sobre la realidad literaria de nuestros escritores, han frustrado los legítimos derechos de grandes glorias de las letras en nuestro país, por alcanzar el preciado galardón que emite la academia sueca.
Tengo un anhelo: ver coronado el arte de las letras quisqueyanas con un Premio Nóbel, en reconocimiento a la actividad centenaria de nobles escritores y a la imaginación, inspiración y belleza plasmada en la literatura dominicana. Al glorioso pueblo quisqueyano forjador del canto épico de la dignidad y la supervivencia, durante centurias en cada nota espera sensibilizar a la clase política gobernante para labrar un mejor destino; mientras tanto, dedico este libro de cuentos ‘Linderos de Esperanzas’, como tributo a su inteligencia natural, al gran sentido del humor, espíritu solidario, valentía; sobre todo, la fe en Jesucristo y en la democracia distributiva.



El autor.-


Santo Domingo, Distrito Nacional,
República Dominicana.
Abril, 2011.-




TRILOGÍA QUISQUEYANA

En el cielo deciden escuchar el dictamen de tres almas de políticos dominicanos y ordenan que sean despertadas las ánimas de Joaquín Balaguer, Juan Bosch y Peña Gómez; asimismo, les mandan usar cuerpos incorruptibles. Al instante se ejecutó la disposición.

La Divina Trinidad de Dios Todopoderoso pasa revista a las acciones de los pueblos para trazar el destino de cada nación conforme a sus hechos. Examinando los países americanos, de manera especial, República Dominicana, observan que todo marcha por senderos de paz y desarrollo, aunque con males sociales ancestrales. Pero, hasta en la gloria hay que resolver problemas, pues muchos reclaman derechos y posiciones sin tener méritos. Manifiestan que hicieron grandes obras a favor del reino celestial y a duras penas, agarrados de muchas dispensaciones o gracias llegan a la Ciudad Nueva Jerusalén. Luego quieren ostentar preciosas diademas y un lugar de principalía ante el Santo Trono del Dios Viviente, lo que resulta injusto y puede profanar el palacio de los cielos.

Cuando en el reino celestial se hacen ponderaciones trascendentes sobre el destino de un pueblo, siempre se produce el magnánimo concierto de voluntades en la Santísima Trinidad de Dios, porque es una entidad espiritual suprema de carácter eminentemente democrático. Consulta todo lo que va a hacer, no por falta de conocimiento, ya que es omnisapiente, sino por su espíritu de amor y gran liderazgo.

Bosch y Peña Gómez, plácidos caminan por el sendero de la gloria y analizan el devenir de la nación dominicana. Entre tanto, el líder histórico del partido reformista llegó presuroso, agitado y sudoroso, tras prolijo recorrido, dejó una larga estela.

El Profesor Bosch en forma apacible le pregunta al líder reformista: __ ¿Saludo Dr. Balaguer, de dónde vienes tan apresurado y con incontinencia sudorípara?__. El interpelado se está acotejando antes de contestar, la forma conlleva a la esencia de las cosas, entonces adujo: __Mis congratulaciones Don Juan y Peña Gómez. Respondiendo a esa inquisición, permíteme decirte que advengo de un baño sauna, algo distante; y ese rápido desplazamiento muscular del cual son testigos oculares, es para fortalecer cuerpo y alma; pues aquí, la vida es muy larga y a los humanos está prohibido gobernar este reino; en tanto, debo entretenerme en algo.

Peña Gómez, en forma incrédula escuchó las adornadas palabras del doctor Balaguer y olvidó saludarlo, porque hizo un absorbente ejercicio mental para interpretar cada una de las ideas externadas por Elito; la celeridad al andar y el olor, no lo convencen de que viniese de un baño de vapor y duda de la sinceridad de su respuesta. El líder eterno del P.R.D., volvió en sí, cuando el dilatado inquilino del palacio presidencial, le dijo: __doctor Peña Gómez y por qué no hay reciprocidad en la salutación, me dirigí afectuosamente a ambos__. Una sonrisa inmensa afloró a los labios de José Francisco, al momento le concede un fuerte abrazo y balbuceó algunas palabras casi imperceptibles a sus oídos que motivaron una diplomática carcajada a su interlocutor, enseguida manifestó: __Doctor Balaguer, discúlpeme, no quise interrumpir al Profesor Bosch, mientras formulaba esa pregunta; tampoco romper el hilo de la continuidad de su respuesta.

El profesor Juan Bosch concluido los saludos, retomó la conversación, preguntándole al Doctor Balaguer, sobre el futuro de República Dominicana. Elito hizo su ponderación y sustentó: __Entregué la presidencia del país, en el año 1996, traté por todos los medios de que reinara la paz y el progreso en la nación; creo en la democracia y la alternabilidad en el poder; pero, no siempre hay personas preparadas y con buenas intenciones para dirigir el destino de nuestro pueblo. Es pues, la política, una ciencia social destinada a conjurar los males de un conglomerado humano, elevando la calidad material y espiritual de sus conciudadanos. Por tanto, los negociantes a su comercio, así como los zapateros a sus calzados; toda vez que, se prostituye el noble quehacer de dirigir un Estado, cuando alguna persona con mente mercaderil ocupa el solio presidencial; es decir, la codiciada silla de los alfileres. Los mercaderes no soportan el tintineo de las monedas, puesto que enloquecen sus sentidos y no hacen reparos en el costo moral, con tal de alzarse con ellas para engrosar sus riquezas. Imaginemos, que puedan subir a la primera curul de la nación, con poder para disponer de las arcas públicas, nos enfrentaríamos a una crisis de consecuencias impredecibles, donde la misma integridad de la república estaría en peligro. Por consiguiente, el arte y ciencia de bien gobernar es un sacerdocio al servicio de los menesterosos que se ejerce con ahínco, decoro y prudencia. En algunas nocturnidades, no concilié el sueño, al sospechar que un compatriota padeciese hambre; por tanto, formé un programa de asistencia social, despectivamente denominado por mis adversarios como ‘la fundita’, cuyo objetivo directo era contrarrestar necesidades perentorias de los desheredados de la fortuna, tan elementales como disponer de una ración alimenticia. Porque las personas humanas, dejan de comportarse como tales, cuando son azotadas por el hambre; entonces, ya no dirigimos ciudadanos, toda vez que la carencia sistemática de alimentos degrada nuestra especie a bestias salvajes que tienen limitada la capacidad de pensar y ningún poderío del hombre será capaz de detenerlos en sus justas reivindicaciones a sobrevivir. La historia nos concede la razón, Luís XVI, perdió el trono y su vida, en el tiempo que el hambriento pueblo francés se levantó en armas. El Zar Nicolás II, no detuvo la revolución bolchevique, cuando las masas rusas diezmadas por la necesidad imperiosa de comer hicieron claudicar su régimen, corriendo igual suerte que el monarca anterior. Innumerables regímenes han sucumbido ante la rebelión de las masas. Pero también, ¿Cuántos gobiernos democráticos han fracasado, en la ocasión que sus conciudadanos aguijoneados por la falta de comestibles se sublevan contra el orden institucional del Estado? Para proveer alimentos baratos y de calidad a los quisqueyanos, procedí a crear el Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE) para rendir los chelitos de las personas de escasos recursos, siempre consideré a esta institución estatal, como mi mejor aliada al momento de gobernar, porque los pobres no exigen mucho, sino lo necesario para subsistir. Gran parte de mi vida, pernocté en la parte posterior de la casa marcada con el número 25, en la Avenida Máximo Gómez, ciudad de Santo Domingo; mientras, con mi voluntad titánica, construía miles de viviendas para dignificar las familias dominicanas. No contraje matrimonio, porque la política requiere consagración, a tal manera, que se dedica la vida entera a este apostolado. Hubiese condenado a mi consorte y a mí mismo, a una existencia espiritual miserable; ella, por no disfrutar del tiempo que debe entregarse a la esposa e hijos, conllevando eventualmente a infidelidades consuetudinarias, con las cuales se pierde el buen nombre de la pareja. Tal lo sucedido a Napoleón Bonaparte y su amada Josefina. En pocas palabras, para someter a mi descendencia al escarnio público, prácticamente asumí un celibato con ligeras licencias. En conclusión, reitero, la alternabilidad en el poder es buena, siempre que existan hombres probos y con mentes preclaras para dirigir el erario. Nuestro país, cuenta en la actualidad con una cantera inagotable de potenciales presidenciables, donde sobresale por sus virtudes José Tomás Pérez, cual noble y límpida pieza de incorruptible mármol sobre la cual debe erigirse la columna moral del Estado. Y queda esclarecido, otra vez, que únicamente a Leonel y José Tomás, presto mi sombrero, luego a nadie más. Y ya el doctor Fernández Reyna, le ha dado suficiente uso y no piensa presentarse a un tercer período consecutivo. Por tanto, quedan advertidos mis leales compatriotas, que ¡jamás, pero jamás!, estaré de acuerdo que personas poco cuerdas, negociantes y traidores dirijan la patria. Pero que nadie pretenda llegar ni a la mitad de mi record en mis períodos como gobernante, no por ego, sino por la escasez del tiempo para su familia y los deleites de la vida. He dicho.

El Profesor Bosch, argumentó: __De manera particular, dediqué toda mi vida a la formación de hombres y mujeres en la ciencia política y el humanismo hostosiano, con capacidad para dirigir honestamente al pueblo dominicano. Por ejemplo, Leonel Fernández y Danilo Medina, están altamente calificados para guiar la nación. Ambos son valiosos compañeros entrenados por mí para gobernar. El primero, por mis sabios consejos ascendió a la dirección de la primera magistratura…
Elito rápidamente razonó en voz alta: __Juan, no me gusta interrumpir a la persona que está en el uso de la palabra, porque no es elegante socialmente; recuerda que entrenaste a Leonel Fernández; pero ingeniosamente armé las espuelas que le llevó al poder. También a Danilo Medina, dejé un par de espigas de faisán, que allanan el camino a la presidencia. Por consiguiente, como hombre justo que eres, debes puntualizar que son honras compartidas. Juan Bosch asintió con la cabeza.

Peña está inquieto escuchando a Elito; y preguntó con su voz estridente y sílabas prolongadas que caracterizan su discurso: __doctor Balaguer, si a Danilo Medina, le donó un par de espuelas de faisán; dígame, ¿de qué son las de Leonel Fernández?, ¡serán aguijones de alacrán! o ¡contienen alquitrán!
Juan Bosch tuvo que intervenir y le dijo a su antiguo discípulo: __José Francisco, José Francisco, José Francisco: __Tranquilo, vamos en el sendero de la gloria y después no nos abren la puerta del cielo. Recuerda, en el año 1990, me dieron el tiro del bolsón y estuve quieto por la paz de la nación. Además, entiendes, el Doctor Balaguer, habla en sentido figurado, las espuelas constituyen una metáfora política, lo sabes como buen conocedor del idioma español. Leonel y Danilo Medina son dos caballeros que no fueron enseñados en malas artes en la lucha por el poder.

Peña Gómez, el inteligente hombre de piel de azabache, poseedor de un verbo incendiario de corazones y seductor de las mentes, ahora con un tono más suave y una sonrisa astuta, se refirió a Elito: __Doctor Balaguer, hagamos una paz eterna y honorable, pero dígame, con qué tipo de espuelas armó a Leonel__. Balaguer con rostro risueño, mira fijamente a los ojos de su compañero en la caminata celestial y le dice: __Peña, entiendo la recurrencia en tu inquietud, pero confieso que es un secreto de Estado, motivo de mi segunda página en blanco. Marchemos en sosiego sempiterno, aquí no tengo aspiraciones para gobernar; si mantienes alguna pretensión en ese sentido, cuenta con mi apoyo irrestricto, aunque recuerda lo sucedido al ángel de luz y fe__. José Francisco analizó las proposiciones vulpinas de Joaquín, la inmensa habilidad y sus enigmáticos razonamientos; introspectivamente, bajo el silencio de su alma, sin musitar una palabra, concluyó: __Balaguer es un genio..., sabe demasiado.

Elito y Juan comentan que el próximo presidente de República Dominicana debe ser una persona cuerda, que no sea mercader, ni traidor. Preguntan al gran líder de las praderas y favelas quisqueyanas sobre el ciudadano idóneo para gobernar el país.

Un rostro sombrío y pesaroso se apoderó de Peña Gómez, quien comentó: __Escuchen mi discurso patriótico, compañeros de esta larga caminata celestial, aquí estamos en la verdad, donde las pasiones y aspiraciones están sometidas a la voluntad de Dios Todopoderoso y debe prevalecer el bien de la humanidad y en forma particular el de nuestro pueblo. Lamentablemente para bien de algunos y mal de otros, el Partido Revolucionario Dominicano es una organización que vence grandes desafíos; pero jamás se restablece de la división cíclica, la discordia y falta de disciplina en mi glorioso partido del ‘jacho prendío’, fomentando un flaco servicio a la democracia. Tanto es la situación que, en la actualidad no están en condiciones de dirigir la entidad política fundada en 1939; mucho menos, los destinos de Quisqueya. En el año 1977, a raíz de la convención para elegir los candidatos presidencial y vicepresidencial que terciarían por las elevadas magistraturas de la nación, pronuncié un discurso en el Programa Radial Tribuna Democrática donde analicé las causas de la derrota y desaparición del Imperio Inca por la lucha fratricida entre Atahualpa y Huáscar, herederos de un inmenso reino, prefirieron la sumisión de su trono, antes que llegar a sabios acuerdos; parece que esta es la cruel realidad de la institución en la que desarrollé mi ejercicio político__. Peña Gómez empieza a llorar ante las circunstancias adversas de su otrora partido de masa, recordó aquellos mítines en la margen occidental del Puente de La 17, jipíos del alma brotan por sus ojos arrebolados, cae hincado sobre una espesa nube. Don Juan, cual noble progenitor, pasa la mano consoladora por la cabeza de su ex discípulo, le agarrada y aúpa por un hombro y tiernamente le dijo: __José Francisco, no lamentes más, con sus desatinos han elegido su triste destino. Por mi parte, en el año 1973, hace tiempo que lloré por el Partido Revolucionario Dominicano, vaticiné que esta organización había cumplido su cometido histórico, su razón de ser.

Peña Gómez se repuso de aquel momento; entonces, más allá de toda pasión, argumentó: __Por convicción soy un demócrata a carta cabal y los principios no se negocian, tal como lo sustenta el fiel Cacique Hatuey; por tanto, no comparto los postulados de la reelección; estoy plenamente de acuerdo que en República Dominicana, debe establecerse la alternancia en la administración de la cosa pública. Por el momento, en el P.R.D. nadie tiene los requisitos de un estadista para estos tiempos. La persona de mayores perfiles para gobernar, ya sea por sus conocimientos integrales, eficacia, prudencia, solidaridad y honestidad en el ejercicio del poder político, indiscutiblemente que es Leonel Fernández, y las masas de mi glorioso partido, pueden concederle un voto de confianza por el bien de la nación.__ Llegó a Peña Gómez, esa carismática y súbita energía cósmica que de un momento a otro se apodera de él, haciéndole saborear cada palabra pronunciada, dando brillo y expresividad a su discurso, mientras las masas quedan en estado de delirio, y dijo : ___ Estoy convencido de que José Tomás, realizará un buen gobierno a favor de todos los dominicanos, porque el bateador bueno, se conoce desde que agarra el madero. Y ya ha dado par de palos por el jardín central en beneficio del pueblo, la ley de libre acceso a la información, para la transparencia de la nación; ese proyecto legislativo lo había anidado en el silencio de mi mente; así como el derecho de cada dominicana y dominicano a obtener su certificado de propiedad inmobiliaria en los solares y parcelas que ocupen cuya titularidad sea del Estado Dominicano. Además, no tiene aspiraciones por riquezas mal habidas, algo que identifica a un gran líder. Oigan bien, compañeros…

Balaguer, Bosch y Peña, por unanimidad y en honor a sus méritos acumulados, decidieron recomendar ante el Excelso Dios Todopoderoso, a José Tomás Pérez para gobernar en República Dominicana. Elito, realizando un análisis histórico de los pactos políticos entre ellos, comentó: __Peña, primera vez que nosotros tres estamos de acuerdo en algo__. José Francisco, con una mirada serena, firme y penetrante, observa a quien dialoga y le responde: __Doctor Balaguer, hemos armonizado en esta elección, porque la persona propuesta no tiene tasa de rechazo y la precandidatura de José Tomás Pérez crece desde la tierra hasta el cielo, por ser Gran Reserva Moral de los quisqueyanos.

El áurico resplandor de las calles en Nueva Jerusalén, se hace evidente a la vista de la tríada; guardan la divina ciudad, ángeles con largas espadas de fuego, que causan un gran remolino al cortar el limpio aire. Los tres dominicanos quedaron pasmados ante el esplendor de las vías doradas por donde transitan. Las diademas cuelgan en el frente del palacio, esperando que alguien meritorio las pueda lucir en su cabeza. Cualquier mortal pasaría una eternidad contemplando aquellas coronas; allí, todo es luminoso y diferentes intensidades se perciben en las aureolas.

Balaguer manifiesta ir a los vestidores del majestuoso palacio celestial, necesita un traje formal para resaltar su imagen; ya que supuestamente viene de un baño sauna. Un ángel le reconoció y preguntó: __ ¿qué usted hace aquí, Joaquín?__. El interpelado contestó: __Investiga a San Pedro que me mandó a buscar para tratar asuntos de alta política de Estado. Así que asísteme en la indumentaria__. Elito solicitó un frac blanco, pero la entidad celestial le dijo que existe una ordenanza de que los visitantes únicamente usen alba túnica de lino puro. Recordó una vestimenta de ese color, con la cual presentó cartas credenciales ante el gobierno de Colombia, luego la utilizó para juramentarse por vez primera como presidente de la república y cuidadosamente guardó aquella prenda de vestir hasta sus últimos días en la tierra. Como pensamiento vago, advino a su mente el asistente fiel, Bello Andino; así como Carlos Morales Troncoso, Amable Aristy Castro y tantos colaboradores eficientes.

Cuando estuvieron debidamente vestidos, en divina audiencia son recibidos por el Altísimo y conforme a la verdad de sus conciencias, dictaminarán sobre la persona con mayores condiciones para ejercer el poder político en República Dominicana. Los ángeles les condujeron hasta una inmensa luminosidad, más brillante que el sol, pero sin incandescencia, se podían acercar y no quemarse; únicamente reciben un viento apacible que ciega sus ojos. La poderosa luz con voz audible les preguntó: __ ¿Cuál es la mejor persona para ser elegida como mandatario en su país?__. Al escuchar el sonido de las palabras, los tres hombres caen hincados, en genuflexa reverencia y al unísono dijeron: __José Tomás Pérez__. Entonces, el omnisapiente y democrático ser sentenció: __Es la voluntad permisiva de Dios Todopoderoso que José Tomás Pérez sea elegido como Presidente de República Dominicana, tiene nuestra gracia; pero necesita el favor del libre albedrío de los hombres y mujeres de Quisqueya; porque muchas veces, nosotros como Divina Trinidad de Dios, delineamos una cosa y los humanos con sus decisiones ponen piedras de tropiezos en la materialización de esa disposición. En todo caso, deben aceptar la responsabilidad. Su nación siempre está ante la presencia de nuestro trono, porque fue fundada por un Ángel de Luz que vertió el Evangelio en medio de la blanca cruz; a más de esto, allí yace un remanente firme que únicamente dobla rodillas ante nuestro Santísimo y Augustísimo Nombre de la Trinidad de Dios Todopoderoso; es la razón por la cual en su media isla, con brazo fuerte y extendido reafirmamos los cimientos de la tierra, deshacemos las tormentas en el Mar Caribe, bendecimos sus cultivos enviando la lluvia oportuna en todo tiempo. Los dominicanos serán prosperados, pues cuando mi pueblo elegido era perseguido para exterminio y sometido a campos de concentración, un pedazo de aquella ínsula, tuvo prisa para brindarle socorro.
Juan, Balaguer y Peña están embriagados por la presencia de Dios y escuchar las maravillas sobre Quisqueya, pero la misma voz, les ordenó que se retiraran.

Reverentemente, la trilogía quisqueyana se aparta del centro de la Divina Fuerza Redentora, que proporciona una plena satisfacción de gozo. Se despidieron caminando hacia atrás, siempre dando el frente a la inmensa luz, pero el resplandor es tan grandioso que cubría sus espaldas y no hay un ápice de sombra por ningún lugar, hasta que estuvieron fuera del majestuoso y espacioso trono.
Flanqueado por dos ángeles, Peña Gómez, Juan Bosch y Balaguer, animosamente conversan; entre tanto, marchan hacia la puerta que conduce al exterior de la inmensa mansión celestial; entonces, Joaquín saluda a alguien y se quedó rezagado. Los cuatro seres se percataron de la ausencia de Elito; pero, ya está entrando nuevamente al Lugar Santísimo, agarrado de la mano de una autoridad, la cual tiene un reluciente capelo sobre su cabeza y la anatomía cubierta por una toga con fibras de oro. Las deidades hacen más señas que un policía de tránsito en la intercepción congestionada de una ciudad, para que se detuviese el líder reformista; el llamado es en vano, pues entró al centro del esplendor divino conjuntamente con su acompañante.

Elito conoce el protocolo celestial, inmediatamente se arrodilla e implora a la Divina Trinidad Todopoderosa, que le permita hablar, encontró gracia en su solicitud y Balaguer empieza su discurso: __Divino y Verdadero Dios, no hay reino como tu señorío y de tu excelsa majestad emana todo poder, soy indigno de estar ante la luz inmaculada de tu presencia, más allá de todo sofisma demagógico, suplico el perdón de mis pecados; pido que dispongas mi traslado a este lugar, porque donde estoy hace un calor sofocante, es un baño sauna, con quienes cohabito son muy beligerantes y conspiradores impenitentes contra tus designios__. La voz del Altísimo argumenta: __Justifícame una razón para alcanzar la gloria__. Joaquín inicia con rápido pensamiento a hilvanar su más importante alocución; sus labios dejaron salir las siguientes palabras: __Nuestro Señor y Salvador Jesucristo en su misión redentora en la tierra, tuvo un encuentro con un joven que guardó todos los mandamientos de la Ley de Moisés, preguntó qué le faltaba para ser salvo, Jesús dijo que vendiera todos sus bienes e hiciese entrega a los pobres. Pero, aquella persona entristeció y no cumplió la sugerencia del Rabí de Galilea. Mas sin embargo, mi mayor virtud fue vivir sin apego a las cosas materiales y desarrollar un sacerdocio al servicio de las masas desposeídas; tanto así, que regalé todo mi patrimonio a favor de los menesterosos. Si pudieras proyectar mi expediente, verificarás que dediqué mi vida a regalar: ¡¡muñecas y bicicletas para los niños pobres!!__. Ocasión en que un arcángel empezó a pasar imágenes y sonidos desde que Balaguer tuvo conciencia.

El habilidoso líder dominicano, se fijó que los episodios de sus bondadosas obras pasan muy fugaz, mas los instantes donde aparecen situaciones desfavorables, se exhiben por más tiempo; levantó el brazo derecho, blandiendo el dedo índice, cual espada desenvainada, argumenta: __Respetuosamente, quiero señalar que en las pruebas sobre mi accionar de vida, no se está siendo justo, pues no existe un trato igualitario en el tiempo de apreciación__. Dios ordenó a su asistente, que fuera más despacio en la representación de todas las evidencias. Apareció la imagen de un hombre asesinado a balazos cerca de la universidad estatal y la voz del Juez de jueces interrogó: __Balaguer, dígame sobre la muerte de ese joven periodista y tenga en cuenta que ante mi presencia las páginas en blanco quedan escritas__. Le siguió preguntando: __En una oportunidad usted argumentó que su mano podía temblar por edad, pero jamás por miedo; ahora observo que se torna nervioso el dedo erguido sobre su frente, ¿por qué está tan agitado el índice?__. Audazmente elaboró una respuesta y la expuso: __Ante el poder de tu gloria inclino mi rostro, permíteme contestar la primera inquisición. Por santo y noble que sean los hombres, siempre a su lado existe un cerco de incontrolables; esto no implica necesariamente que estemos de acuerdo con sus malsanas acciones. Es pertinente hacer memoria: la noche en que el Divino Maestro fue detenido, Pedro haló una daga y desprendió la oreja a un centurión; lo que en modo alguno implica la culpabilidad del Salvador del Mundo, únicamente un hereje podría pensar lo contrario. Guardando las distancias, hago esta comparación, para que se pueda entender mi participación; por consiguiente, no di la orden, pero mucho menos cogí la espada__. La imagen del crimen sigue fija, Elito reconoce la virtud de su verbo seductor, mientras del círculo de la justicia divina, advino un comentario que se concretó en reiterar la pregunta: __Señor Balaguer, conocemos de sus destrezas como gran orador con una inmensa capacidad persuasiva que permitió hasta su retorno a este lugar, pero circunscríbase por el momento a explicar, por qué su dedo índice tiembla como la luz de una lámpara agitada por el viento. Regularmente, los gestos son más elocuentes que las palabras __. Joaquín olvidó que justificarse ante Dios no es cosa fácil, a la velocidad de un cometa esgrimió su respuesta que yacía pendiente en su mente: __Mi Señor y Dios, con ese movimiento oscilatorio digital, te manifiesto la negatividad en aceptar la culpabilidad sobre ese hecho, simplemente pretendo indicar que no me pueden acusar de este crimen, el cual pronto se aclarará con la publicación en Quisqueya de la página en blanco. Vaivenear el índice es un ademán utilizado en mi país para evidenciar la no conformidad con algo.

Dios ordenó al arcángel: __Por favor, devuelva la imagen de la rueda de prensa en ese bello palacio presidencial donde airadamente Balaguer dice al periodista, que le señale los presos políticos de su gobierno. Luego el automóvil del comunicador explosionó en una calle de Santo Domingo, explíqueme ese episodio Joaquín__. Elito palideció y empezó a carraspear, la garganta se le secó, emite tosecillas para aclarar el espacio interior del cuello y mantener la nitidez de la voz. __ Ante tu presencia estoy y tengo conocimiento que escudriñas los pensamientos de las personas; analizas, pues, si en mi mente se anidó esa maléfica idea o mis labios emitieron esa orden, porque aquí estamos en el momento de la verdad___, adujo el interrogado. Inmediatamente siguió hablando: __Deseo manifestar que, por amor a tu nombre y al género humano, a cientos de miles de mis conciudadanos quité el hambre e hice el bien social en la medida de las circunstancias financieras, aún sin estar en la dirección política del Estado. Mi Dios Viviente, Eterno y Todopoderoso, ten misericordia de mi alma, porque el país que me diste a gobernar, es altamente difícil de dirigir, está compuesto por la nostalgia del negro, el dolor del indio y el látigo del blanco. Con mis manos quise revertir cinco siglos de injusticia social; esta es una nación altiva, como la que ordenaste a Moisés que guiara por el desierto. En Quisqueya hay más caciques que indios, allí todo el mundo se cree jefe, empezando por el conscripto que recibe una macana, sale a patrullar por las calles, empieza a dar palos y bofetadas a diestra y siniestra, pues se considera acreedor de este derecho; hasta los funcionarios que soberbiamente irrespetan y desafían las leyes, es injusto que el primer mandatario reciba malquerencias por estas cosas, regir no es responsabilidad absoluta de una sola persona, sino de la universalidad de la comunidad. Cada miembro de aquella población, no ha desarrollado una conciencia ciudadana; sino una mentalidad tribal, que inconsciente e inexorablemente necesita un caudillo, para que forje su destino. Desde que alguien asume la presidencia en República Dominicana, el mismo pueblo le endiosa y dice que es indispensable que siga gobernando; así los mandatarios quisqueyanos, aún los más demócratas, terminan siendo grandes caudillos. ¡Hay que ser muy sabio, como Leonel Fernández, para no caer en ese gancho! Todos invocan el espíritu de la democracia, pero sus acciones cabalgan a una eternidad de la misma. Los conglomerados humanos que adolecen de crecimiento político, padecen el Síndrome del Caudillismo, cual serpientes encantadas, se encuentran cómodas en sus canastas, bailando cánticos monótonos de una flauta; aunque no pueden disfrutar de los beneficios del espectáculo, ni de la libertad y el esplendor de la vida. Únicamente si despiertan sus espíritus pueden sustraerse a este estado de cosas. Como un ser inteligente, comprendes esta parábola. Volviendo a mi justificación para estar aquí, quizás no seré merecedor de habitar en la gloria; pero, no soporto estar al lado de seres que consagran su existencia a conspirar contra mi Dios__. Elito llora desconsoladamente, mientras balbucea: __Honré a mi padre y madre, me compadecí de los pobres, sobre todo de la niñez desposeída de juguetes y con sus estómagos azotados por el hambre eterna del arrabal. Jamás conjuré contra mis superiores, no distraje riquezas, no derramé sangre, llevé una vida: ¡sin injusticias ni privilegios!... Estoy dispuesto a pagar mis pecados; pero, no me pueden imputar, las culpas de mis seguidores; algunos, ciegos y sordos por la pasión del poder, cometieron excesos caprichosos altamente censurables. Dirigir un Estado requiere de personas con una estirpe titánica; luché contra la plaga roja del comunismo que pretendía destruir la civilización cristiana, contrarresté a hombres y mujeres que blasfemaban tu nombre. Diste la encomienda a Moisés, quien hablaba cara a cara con Usted, para guiar a los israelitas por el desierto; mas sin embargo, muchos pesares soportó este gran líder por la desobediencia de los libertos. Yo, en tanto, no tuve la suerte de ver tu rostro: ¡la divina epifanía revelada ante mi presencia!, de tiempo en tiempo, inútilmente pretendía comunicarme contigo por intermedio de una vieja imagen, ahora me doy cuenta de lo fácil que es interactuar con tu venerable persona, ¡únicamente invocando tu nombre!__. Balaguer ensancha su defensa: __ A partir de 1974, cuando se terminaban los mítines, muchas veces tuve que escuchar el odioso estribillo: ‘Balaguer te cogemos las funditas y no somos reformistas.’ En una oportunidad llevé a una comunidad fronteriza multiplicidad de camiones cargados de yuca y arenque para repartir entre los hambrientos. Luego que recibieron los comestibles se burlaban de mi, vociferando a voz en cuello: ‘Yuca y arenque, Balaguer quiere volver, para engañar a la gente’. Esto me prendía la sangre, pero siempre mantenía la cordura, porque entiendo que es una responsabilidad de los gobernantes hacer llegar al pueblo el maná estatal. Debo puntualizar, que los hombres son insaciables como el mar y volubles como el viento; y la verdad, la quieren circunscribir a sus intereses. Ahí radica la dificultad de gobernar un núcleo de personas. Si tengo que padecer la suerte de Moisés, quien no pudo entrar a la tierra prometida; no obstante su trascendental personalidad, acepto. Ahora bien, hasta a un arcángel lo designan para regir una comunidad humana, y tiene que cuidarse, para no perder su dignidad. Juzgue Usted mis acciones como un simple mortal, que jamás renegué tu divino nombre y mucho menos cuestioné tu autoridad. “Las lágrimas que nublan nuestros ojos y la emoción que empaña mi voz, no nos permiten cumplir con la ecuanimidad debida esta intervención. Los grandes hombres entran verdaderamente en la historia cuando abandonan el escenario de la vida con sus combates y contradicciones. Era inmenso el cúmulo de asechanzas, de delaciones infames y de insinuaciones perversas que llegaban a diario, al través de algunos de mis colaboradores, hasta la mesa agobiada de problemas, pero nunca fui dado a las naturales pasiones de los hombres que aman inmensamente las sensualidades de la vida. No mostré entusiasmo por las condecoraciones y la afición a los títulos y a todo lo que es pompa teatral en las implacables luchas del poder. Por mis obras a favor de los necesitados, muestro mi fe cristiana__. Estas últimas palabras Elito las profiere con su garganta anegada por el llanto. La imagen del Altísimo muestra compasión.

Dios tuvo misericordia y para sacar de dificultad a Balaguer, le designa arcángel superior y asesor en política celestial con preciada diadema en sus sienes y áurica toga sobre su cuerpo. Comisiona a un arcángel inferior, para el cumplimiento inmediato de la colocación de la elevada investidura sobre el elegido. La Divina Fuerza Redentora entonces argumenta: __Levántate, no despreciaré un corazón entristecido y humillado.

Terminada la consagración, Balaguer se inclina y manifiesta: __Gloria y honra eterna al misterio de la Santísima Trinidad de Dios Todopoderoso; a Jesucristo, nombre que es sobre todos los nombres; al Espíritu Santo, guía de la iglesia; y al Dios Padre, proveedor de la salvación, sempiternamente las gracias, por todas sus bondades y la merced de esta inesperada elección. Pero, imploro por las almas de Juan Bosch y Peña Gómez, nobles hombres que dedicaron sus vidas al bien del pueblo quisqueyano, que jamás malversaron los fondos públicos, ni realizaron negocios turbios al amparo del poder político, ni codiciaron cosas materiales.

La Divina Trinidad de Dios, tienen voces que se escuchan al unísono y evidencian la perfecta unidad de Jehová, ordenaron al arcángel: __Busque los expedientes de sendas almas peticionadas por Balaguer__. Primeramente, proyectan las imágenes de Peña Gómez, el Santísimo inquirió: __ ¿Por qué participa en un culto extraño?__. Joaquín asumió la defensa y comentó: __Es evidente, el estado de necesidad y desesperación por motivos de salud en que se encontraba en esos momentos, que condujeron a tales irreflexiones; pero, en el fondo de su alma es un gran hombre, tengo entendido que se arrepintió y renunció a esas acciones…

Balaguer nuevamente observó que durante las proyecciones de las imágenes del dossier de Peña Gómez, el arcángel inferior las dejó fija; aunque le hacía seña con la mano, para que prosiguiera con la representación. Pero en la gloria, el lenguaje mímico no se usa y mucho menos es entendible.
Elito con tono suave, manifestó al Gran Yo Soy El Que Soy, permíteme mostrarte el informe de vida de Juan Bosch; diplomáticamente agarró el aparato óptico que dirigía el arcángel inferior, rápidamente expone el vídeo, va exaltando las virtudes de su compatriota; en tanto, Dios expresa: __Discúlpeme, arcángel superior, y esa frase de que no cree en Dios__. Elito rápidamente contestó: __Esa es una imagen y sonido mal editados, tomada fuera de contexto en un proceso electoral__. El Padre Celestial manifestó: __ ¿Cómo hablas con tanta certidumbre, pareces que tienes pleno conocimiento de causa sobre el hecho?__. La Vulpeja Caribeña, se limitó a guardar silencio.

La Divina Trinidad de Dios Todopoderoso concede la dispensa celestial, para que Juan Bosch y Peña Gómez, sean admitidos en la gloria.

Balaguer y su acompañante con capelo, reverentemente se retiraron de la presencia del Altísimo. Elito, ahora con la dignidad de arcángel superior y asesor en política celestial.

Cuando Peña y Bosch vieron a Balaguer con esta elevada investidura, con preciada diadema y toga con fibras de oro, se quedaron asombrados, sin pestañear y con los ojos buscando toda la luz del lugar. No sabían si estaban salvados o jodidos. Simplemente comentaron: __ ¡Parece que hicieron elecciones en el cielo!__. En tanto, una gran cantidad de entidades angelicales, tratan a Elito con mucha pleitesía. Los conciudadanos de Joaquín, sigilosamente se acercan al arcángel superior y en sus mentes se anidó una inquisición que expusieron a él: __ ¿Cómo conseguiste esta dignidad celestial?__, preguntó Don Juan. __ ¿Qué debemos hacer para obtenerla?__, comentó Peña Gómez. La respuesta no se hizo esperar: __Necesitan un capelo que los recomiende__. Peña y Bosch aprietan los dientes y pasan la mano derecha por la cabeza. En el momento, les dicen a su interlocutor: __Doctor Balaguer, queremos que nos consiga un decreto a cada uno, para poder cohabitar definitivamente en la gloria__. Joaquín adujo: __Permítanme corregirles algo, aquí los términos cambian, no se dice de esa forma; sino dispensación, la cual ya obtuve para ustedes, pronto exhibirán alba túnica de fino lino.

Bosch y Peña, están contentos por la audacia de Balaguer. José Francisco empezó a dar vueltas de alegría, reiteradamente levanta las manos, salió un poco de compostura. Entonces, el arcángel superior, conocedor del discurso para justificar a Peña Gómez y observando el tongoneo de su compatriota, le sugirió: __José Francisco, tu felicidad es inmensa; empero, deja esos movimientos, no sea que luego aludan, que estamos participando en un culto extraño o que no podemos someter las pasiones de la carne. Debemos aprender a andar sobre el filo de la navaja, sin cortarnos la piel.
Dejado atrás aquel momento, volvieron a hablar del tema que produjo su encuentro: __Con relación a la consulta sobre quién es la persona más idónea para dirigir la nación dominicana, ¿cómo comunicaremos al pueblo la voluntad permisiva de Dios, para que Leonel Antonio Fernández Reyna, sea Presidente de República Dominicana?__. Inquirió Juan Bosch.

Peña Gómez, sugirió enviar un ángel con tal misión; pero al final consensuaron que el mensaje fuera revelado a líderes y siervos en comunión íntima con el Espíritu Santo de Dios, así como a todas las ciudadanas y ciudadanos de buena voluntad que habitan la noble tierra quisqueyana.

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