martes, 15 de julio de 2008

HACIA EL DESARROLLO DEMOCRÁTICO DOMINICANO


Por José Manuel Ramos Severino

La familia dominicana, durante décadas se ha desarrollado sobre la base de la fuerza bruta del poder masculino; perdiéndose el valor mismo del diálogo respetuoso entre los miembros de esta unidad social, lo que ha imposibilitado la formación democrática en la niñez y la adolescencia.

Para lograr un genuino desarrollo de la democracia en la República Dominicana, debemos cambiar algunos modelos conductuales fundados sobre un clásico autoritarismo y un machismo casi patológico, que no le concede ninguna valoración al diálogo como herramienta social de exposición de las ideas

En las aulas de nuestras escuelas y en los recintos universitarios, se reproduce el mismo patrón social en las relaciones humanas, donde muchas veces el profesor de manera irracional, se perfila como el mandamás o jefe y no patrocina el análisis libre de las ideas y conceptos. Observándose un incremento en el control de las opiniones y desprecio hacia quienes disienten.

Cuando los padres y maestros, fuerzas poderosas forjadoras de la sociedad, con sus acciones se convierten en valladares que vulneran el diálogo franco y el análisis de las ideas, promoviendo el sofocamiento de las energías democráticas, se diseña una sociedad donde impera la fuerza y oscurantismo. Por eso, desde la familia y la escuela debemos romper todos los moldes y estrategias autoritarias que silencien las voces.

Sobre una prensa libre y objetiva, se yergue la fortaleza de la democracia. A través de la historia hemos verificado que los tiranos únicamente tiemblan ante la fortaleza de la palabra que trae la verdad objetiva; toda vez que pone al desnudo la vileza de sus acciones.

La democracia únicamente es posible en los espacios sociales donde puede florecer la verdad y la libertad. Por tanto, queda claramente establecido que la mentira y la opresión son antítesis de la democracia. Debemos educar para que la verdad resplandezca en forma lógica, coherente y verificable, más allá de los sentimientos y se imponga por encima de las pasiones.

Entendemos que la democracia formal es un largo peregrinar del pueblo, que se perfecciona cuando cada ciudadano toma conciencia social de la necesidad de elegir autoridades moral y políticamente capacitadas.

La falsa democracia trae colectivamente depresiones síquicas, vacíos existenciales, desesperación social। Este sistema de gobierno es más que elocuente retórica y palabras patrióticas, es buscar soluciones posibles a las necesidades materiales y espirituales del pueblo। Cuando no existe, ni se implementa la voluntad política para la democracia distributiva, existe un despotismo democrático।

Pero, todas las personas debemos tener conciencia de nuestra categoría política, que somos ciudadanos de la República Dominicana; por lo tanto, debemos organizarnos en partidos políticos y organizaciones sociales, que ejerzan una presión social para la obtención de los derechos ciudadanos.

El Partido Justicia Social, ofrece un espacio como institución política con el objetivo de organizar a las grandes mayorías, ayudando a encontrar soluciones democráticas a los males sociales que afectan a los dominicanos y dominicanas. Todos juntos somos el soberano, hecho que se verifica en las urnas, mediante la voluntad del pueblo, por lo que debemos votar por genuinos partidos que representen nuestros intereses, pues de lo contrario, nos mostramos indiferentes por nuestro propio destino.

Cuando el ciudadano no encuentra sus intereses representados en el Estado, no se ha de identificar con el orden social imperante. Se resquebraja la empatía, relación sicológica entre el ciudadano y el Estado; ambos entes, pierden su categoría política, el ciudadano se convierte en habitante y el Estado en un caos, que termina fulminando su poder y existencia.

Para desarrollar la democracia hay que tener una conciencia definida de nuestra nacionalidad y respetar el imperio de la ley consagrado en el Estado como personificación jurídica de la nación.

La democracia como sistema político es algo más trascendente que una consulta electoral, debe ser una toma de conciencia de los ciudadanos, para iniciar un proyecto de nación en que impere la JUSTICIA SOCIAL, un esquema de gobierno donde las riquezas y los beneficios sean invertido en el capital mas importante de todo sistema democrático: El pueblo.

El autor es Abogado, fundador del Partido Justicia Social de la Republica Dominicana




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